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Ciudad Juárez, frontera clave en la crisis migratoria, sigue marcada por la tragedia. Este jueves se cumplen dos años del incendio en una estación del Instituto Nacional de Migración (INM) que cobró la vida de 40 migrantes, y la justicia sigue sin llegar. Familias de las víctimas denuncian la impunidad del caso, mientras el temor crece ante el endurecimiento de las políticas migratorias.
Un caso sin responsables
Los deudos lamentan que Francisco Garduño, titular del INM, continúe en su cargo a pesar de haber estado al frente del centro donde los migrantes fueron encerrados y abandonados a su suerte cuando el fuego se propagó.
“Es desesperante, frustrante no encontrar justicia donde claramente se han vulnerado los derechos de un ser humano”, expusieron en el posicionamiento Dos años sin justicia ni reparación del daño, compartido por la Fundación para la Justicia.
El caso, que en su momento generó indignación nacional e internacional, ha sido relegado al olvido. El padre Javier Calvillo, exdirector de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, lamentó la falta de seguimiento.
Aquí no importa la vida, no importan los números, no importa el origen, aquí lo que importa es el poder y la impunidad. Y punto”, declaró.
Las víctimas eran migrantes de Guatemala, Venezuela, Colombia, Honduras y El Salvador, cuyo gobierno catalogó el hecho como un “crimen de Estado”.
Una cicatriz en la frontera
El edificio donde ocurrió la tragedia sigue en ruinas. Las paredes conservan huellas de manos marcadas por el humo, testimonio de los desesperados intentos de escape. En el interior, las rejas y puertas aún tienen cintas de precaución, como si la escena del crimen nunca hubiera sido cerrada.
En la parte trasera, las carpas donde se procesaban deportaciones lucen desgarradas y abandonadas, un recordatorio de lo que nunca debió ocurrir.
Un futuro incierto para los migrantes
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en diciembre una reforma para transformar el INM en un instituto de apoyo a la movilidad humana, pero aún no ha destituido a Garduño.
Mientras tanto, la frontera enfrenta presiones de Donald Trump, quien ha exigido a México recibir migrantes deportados en su estrategia de endurecimiento migratorio.
Para el padre Calvillo, la tragedia de 2023 no se olvidará: “Es un hecho que le va a pesar a México siempre y toda la vida”.
EFE