Foto: Revista Mujeres Chiapas vía Facebook
En los verdes Altos de Chiapas, entre montañas y paisajes vibrantes, se vive una tradición que une a los pueblos de la región en días de celebración, unión y fervor religioso. El Carnaval de Tenejapa es un evento único, una fusión de raíces indígenas y españolas que teje historias, colores y sonidos en una festividad inolvidable.
El carnaval comienza con la elaboración del toro de petate, un símbolo central de la celebración. En un ambiente de música, bromas y convivencia, los integrantes de la comunidad se reúnen para construirlo mientras comparten aguardiente y alegría. Una vez terminado, el toro es cargado por el alférez, uno de los organizadores del festejo, quien lo hará danzar a lo largo de todos los días de la fiesta, culminando en una emotiva simulación de su muerte al cierre del carnaval.
En el cuarto día, las ruinas del templo de San Sebastián se convierten en el corazón del festejo. La comunidad se reúne para compartir comida y bebida en un acto de hermandad y gratitud. Muchos asistentes visten los trajes típicos de Tenejapa: los hombres llevan un chamarro negro y una estola roja y azul que también se utiliza como turbante, mientras que las mujeres, sentadas en el suelo, visten con orgullo los bordados tradicionales.



Fotos: Casa de la Cultura de Tenejapa vía Facebook
Uno de los momentos más emocionantes es la carrera detrás del toro, que comienza ese mismo día y se extiende hasta el doceavo. Al ritmo de tambores y flautas de carrizo, las filas de hombres lideradas por el toro de petate avanzan con banderas, música y fervor, llenando el aire de energía y simbolismo.
El carnaval tiene un propósito profundo: agradecer por las cosechas pasadas, pedir bendiciones para el futuro y fortalecer los lazos que unen a la comunidad. Es un momento para renovar la fe, la esperanza y el compromiso con las tradiciones que enriquecen la cultura de la región.
Esta celebración no solo es un homenaje a las raíces de Tenejapa, sino también una invitación a sumergirse en la esencia viva de Chiapas. Cada danza, cada risa y cada paso detrás del toro de petate es un recordatorio del poder de la comunidad y de la belleza que reside en nuestras tradiciones.