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En la región cálida y húmeda de la Costa Chica de Guerrero, que abarca desde San Marcos hasta Cuajinicuilapa, el chilate se ha consolidado como una bebida tradicional que no solo mitiga el calor, sino que también enriquece la identidad cultural de las comunidades indígenas y afromexicanas: Chilate
De nombre náhuatl “chiliatl” el Chilate es una bebida derivada del “xocolatl” mesoamericano se prepara a base de cacao, canela, piloncillo y en algunas ocasiones arroz que se popularizó durante el siglo XVI y era una bebida exclusivamente reservada a las élites gobernantes.
El clima cálido de la región de Costa Chica sumado a la abundancia de lluvias, fueron el lugar idóneo para conseguir el cacao con el que se prepara esta fresca bebida emblemática.
El chilate de dulce sabor, se sirve frío y espumoso en diferentes zonas de Costa Chica: mercados, puestos abundantes, etc; siendo un favorito entre comunidades mixtecas, tlapanecas, amuzgas y afromexicanas. Además es una fuente natural de potasio, fósforo y magnesio, lo que lo convierte en una opción saludable para combatir el calor y reponer energía.


Imagen vía web Gobierno de Guerrero y web México Desconocido
Cómo se prepara el chilate
Elaborarlo es sencillo pero requiere paciencia y dedicación:
- Tostar las semillas de cacao en un comal y pelarlas.
- Remojar las semillas en agua fría hasta suavizarlas.
- Molarlas en un metate para obtener una pasta homogénea.
- Disolver la pasta en agua, añadir canela y endulzar con piloncillo.
- Servir desde una jarra a una altura considerable para lograr su espuma característica.
Tradicionalmente, se acompaña con un bolillo relleno de cerdo guisado con chile guajillo, un manjar típico de las costas guerrerenses.