Foto: Sitio web Gobierno de México
Entre las maravillas gastronómicas de México, el pozol destaca como una de las bebidas más representativas del sureste. Con un origen profundamente arraigado en las tradiciones prehispánicas, esta bebida de maíz y cacao ha sido un símbolo de identidad y resistencia para las comunidades indígenas y sigue siendo un deleite para quienes buscan reconectar con las raíces de la cultura mexicana.
El pozol, conocido también como pochotl o chorote (cuando lleva chocolate), es una bebida prehispánica que nació en el seno de la cultura maya-chontal. Sus orígenes se remontan a la época en que los indígenas necesitaban alimentos que les proveyeran energía y resistencia durante largos trayectos bajo el inclemente sol del sureste. Preparado inicialmente con maíz hervido y cacao molido, el pozol era consumido en jícaras, un recipiente natural que también formaba parte del entorno cultural de los pueblos indígenas.
Era común que los viajeros indígenas llevaran consigo bolas de masa de pozol envueltas en hojas de plátano para disolverlas en agua durante sus largas jornadas.
El arte de su preparación
La elaboración del pozol es un proceso que mezcla técnicas ancestrales con el conocimiento transmitido de generación en generación. La base de esta bebida es la masa fermentada de maíz nixtamalizado, un ingrediente esencial en la dieta mesoamericana. A esta masa se le añade cacao tostado y molido, lo que da como resultado una mezcla espesa que, al batirse con agua, se transforma en un líquido espumoso y refrescante.
Existen diversas variantes del pozol, siendo las más conocidas el pozol blanco, el pozol con cacao y el pozol agrio. Este último se distingue por su proceso de fermentación, que puede durar entre cuatro días y dos semanas, aportándole un sabor particular que es altamente apreciado en regiones como Tabasco y Chiapas.

Foto: Sitio web Gobierno de México
Las variantes del pozol se han diversificado con el tiempo, integrando ingredientes como leche, vainilla, horchata y cacahuate. Estas innovaciones mantienen viva la tradición mientras la adaptan a los gustos modernos.
Beneficios del Pozol
Además de ser una bebida deliciosa, el pozol es una gran fuente de energía con propiedades medicinales, utilizado como remedio para la resaca y como un antibiótico natural, gracias a su proceso de fermentación. Su capacidad para hidratar y alimentar simultáneamente lo ha consolidado como un recurso vital en las regiones donde se consume.
Hoy en día, el pozol sigue siendo una bebida emblemática en estados como Tabasco, Chiapas, Veracruz, Oaxaca y la península de Yucatán. En Tabasco, su comercio representa una fuente de ingresos importante para muchas familias. Además, en municipios como Comalcalco, cuna de la producción cacaotera, se celebra el pozol como parte integral del patrimonio gastronómico local.

Foto: México Ruta Mágica vía Facebook