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El Tribunal Supremo de Estados Unidos avaló este miércoles la ley del estado de Tennessee que prohíbe a los menores trans acceder a bloqueadores de pubertad y terapias hormonales. Con una votación de 6 a 3, el fallo representa un importante revés para los derechos de las personas trans en el país, ya que más de 20 estados han aprobado leyes similares y podrían tomar este dictamen como precedente.
Las tres magistradas liberales del Supremo –Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson– votaron en contra. Sotomayor, en una dura opinión disidente, advirtió que el fallo “autoriza, sin reparo alguno, un daño incalculable a los niños transgénero y a los padres y familias que los aman”, y alertó que hasta un tercio de los menores trans intenta suicidarse durante el ciclo escolar.
El argumento de la mayoría conservadora
La mayoría conservadora, encabezada por el presidente del tribunal, John Roberts, argumentó que no hay suficiente claridad sobre los efectos a largo plazo de estos tratamientos. Durante la audiencia, el juez Samuel Alito incluso cuestionó si “ser trans” era algo permanente, dejando ver su escepticismo hacia la identidad de género.
Una ley con excepciones controversiales
Tennessee aprobó esta ley en marzo de 2024 bajo el argumento de proteger a los menores y preservar la ética médica. Sin embargo, la norma permite el uso de estos mismos tratamientos para menores con pubertad precoz o condiciones congénitas, lo que ha sido criticado por expertos como un acto de discriminación disfrazado.
Más allá de Tennessee: una tendencia nacional
Activistas temen que esta decisión del Supremo aliente a otros estados a endurecer sus políticas contra las personas trans, especialmente en un contexto político en el que la administración de Donald Trump ha tomado acciones como expulsar a militares trans del Ejército.
EFE