Imagen vía web Chichén Itzá
Uno de los lugares más emblemáticos en México para celebrar el equinoccio de primavera es en Chichén Itzá que es visitado por una serpiente gigante que desciende por las escaleras de la pirámide de El Castillo.
Este fenómeno es creado por los cálculos matemáticos mayas, pues al momento en el que este fenómeno ocurre se proyecta la sombra de una serpiente de al menos 120 pies (36 metros y medio), arrastrándose hacia abajo para unirse a una enorme cabeza de serpiente al final de la escalera.
Una experiencia única para los visitantes
El espectáculo puede observarse entre el 19 y el 23 de marzo, aunque el efecto es más preciso en la fecha exacta del equinoccio de primavera. El fenómeno inicia alrededor de las 16:00 horas, y su impacto cultural y espiritual lo convierte en una experiencia inolvidable.
Incluso la Semana Santa se calcula con base en la fecha del equinoccio de primavera, destacando la importancia de este evento en diferentes tradiciones.
Equinoccio de otoño: el contraste con la primavera
Mientras que el equinoccio de primavera marca el renacer de la naturaleza, el equinoccio de otoño, que ocurre entre el 22 y el 23 de septiembre, anuncia días más cortos y temperaturas más frías. Se asocia con la cosecha, la migración de los animales y la llegada del invierno en el hemisferio norte.
El legado astronómico de los mayas
El equinoccio en Chichén Itzá sigue asombrando a expertos y visitantes, demostrando la maestría arquitectónica de los mayas y su capacidad para medir con precisión los cambios estacionales desde tiempos ancestrales.