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Este martes el Departamento de Defensa de Estados Unidos autorizó el regreso de 150 soldados de la Guardia Nacional de California a tareas de protección contra incendios forestales, tras haber sido desplegados en Los Ángeles para resguardar edificios y personal federal en medio de las protestas por las redadas migratorias.
La medida adoptada por el Comando Norte de Estados Unidos se tomó sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom, lo que reaviva el enfrentamiento entre el mandatario estatal y el presidente Donald Trump, pues el comando supervisa el despliegue de unos 4 mil 700 soldados, incluidos 4,000 de la Guardia Nacional de California, enviados a Los Ángeles durante las recientes manifestaciones.
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“Estos hombres y mujeres se alistaron para servir, no para ser apoyo político de Trump”, expresó Newsom.
“Es un paso en la dirección correcta, pero miles siguen impedidos de hacer su verdadero trabajo como policías, paramédicos, profesores y servidores públicos. Es hora de enviarlos a todos a casa”.
Un conflicto sin precedentes en décadas
La movilización sin autorización estatal representa un desafío legal que no se veía en Estados Unidos desde hace más de 60 años, y ha desencadenado una batalla legal entre el estado y el gobierno federal.
Newsom también denunció que la reasignación de tropas ha debilitado la lucha antidrogas en el estado. Según datos oficiales, 32% de los elementos del Grupo de Trabajo Antidrogas han sido reasignados por orden presidencial para militarizar Los Ángeles.
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“Desde 2021, la Guardia Nacional ha incautado casi 14,900 kilos de fentanilo y más de 50 millones de pastillas, con un valor callejero superior a los 450 millones de dólares”, subrayó el gobernador demócrata.
Las redadas migratorias en Los Ángeles han entrado en su cuarta semana, al igual que las protestas, aunque ambas han registrado una leve disminución en los últimos días.
EFE
