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Ante el ataque de Israel a Therán, Irán, la tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico, con bajas de civiles que aún no se contabilizan y la muerte del líder Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Salami.
Israel asegura que estos ataques fueron necesarios ante la amenaza inminente de una ofensiva iraní, especialmente relacionada con el rechazo del régimen de los ayatolás a limitar su capacidad de enriquecimiento de uranio, punto clave en las tensas negociaciones nucleares en curso.
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La ofensiva habría causado la muerte del jefe de la Guardia Revolucionaria Iraní, Hossein Salami, así como de otros altos mandos militares y científicos vinculados al programa nuclear iraní, de acuerdo con medios estatales iraníes como Tasnim e IRNA.
Desde Washington, un funcionario del Pentágono confirmó a EFE que Estados Unidos no participó ni asistió en los ataques israelíes:
“No hubo participación ni asistencia estadounidense. Remitimos a la Casa Blanca para cualquier información adicional”.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha emitido un comunicado oficial y el presidente Donald Trump no ha dado declaraciones sobre el ataque. Durante los bombardeos, el mandatario se encontraba en el tradicional picnic del Congreso en los jardines de la Casa Blanca.
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Horas antes, Trump había dicho en su red Truth Social que mantiene su compromiso con una “solución diplomática” al conflicto nuclear, aunque advirtió que Irán “tendrá que hacer algunas concesiones que no está dispuesto a darnos ahora mismo”.
La sexta ronda de negociaciones nucleares está prevista para este domingo en Mascate, Omán, mientras la comunidad internacional observa con creciente alarma una posible escalada bélica regional.