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La universidad acusa al Ejecutivo de violar la Primera Enmienda al suspender 2,200 millones de dólares en financiación federal.
La Universidad de Harvard presentó este lunes una demanda contra el Gobierno del presidente Donald Trump, luego de que la Administración congelara la semana pasada 2,200 millones de dólares en fondos federales. Según el Gobierno, la medida responde a presuntas conductas antisemitas dentro de la institución.
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En el litigio, Harvard acusa a varios miembros del Gobierno, incluidos el Secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y la Secretaria de Educación, Linda McMahon, de violar la Primera Enmienda al intentar condicionar su financiamiento.
La universidad argumenta que este acto “coercitivo” atenta contra la libertad académica y representa una extralimitación del poder federal, que afectará investigaciones clave en áreas como el cáncer, la esclerosis múltiple, el alzheimer y el párkinson.
El presidente de Harvard, Alan Garber, rechazó tajantemente la decisión del Gobierno y afirmó que se está utilizando el antisemitismo como excusa para “una acción ilegal”. “Como judío y estadounidense, sé que el antisemitismo es una amenaza real, pero abordarlo no debe implicar censura ni castigos ideológicos”, subrayó.
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La tensión se intensificó después de que la universidad rechazara, el pasado 14 de abril, una serie de condiciones impuestas por el Gobierno para conservar sus fondos. Entre ellas, se incluía eliminar programas de diversidad y monitorear la ideología de estudiantes internacionales.
Tras su negativa, además de congelar los 2,200 millones de dólares, el Gobierno canceló una ayuda adicional de 2,700 millones del Departamento de Seguridad Nacional y anunció el posible recorte de otros 1,000 millones destinados a investigación en salud. También exigió que Harvard entregue un registro sobre supuestas actividades ilegales o violentas de sus alumnos extranjeros.
Mientras tanto, otras universidades como Columbia han cedido a las exigencias del Ejecutivo para mantener su financiamiento. La tensión marca un nuevo capítulo en el enfrentamiento del Gobierno de Trump con el mundo académico, en un clima político cada vez más polarizado.
EFE