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Los recientes indultos otorgados por Donald Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández y al congresista Henry Cuéllar se han convertido en los ejemplos más polémicos de una larga lista de perdones presidenciales que han marcado su segundo mandato. Estas decisiones han reavivado el debate sobre el uso del indulto por afinidades políticas y por la aparente falta de coherencia en su discurso contra el narcotráfico.
Hernández, condenado a 45 años por delitos de narcotráfico, recibió un indulto total después de que Trump calificara su juicio como una supuesta “trampa” del gobierno de Joe Biden. Algo similar ocurrió con Ross Ulbricht, creador del mercado ilegal Silk Road, también beneficiado pese a sus condenas por tráfico de drogas, conspiración y fraude. Críticos señalan que estos casos evidencian un sistema cada vez más influenciado por el dinero y la presión política.
La lista se amplía con figuras de diversos sectores: Henry Cuéllar, acusado de sobornos; George Santos, condenado por fraude; David Gentile, responsable de una estafa millonaria; y Changpeng Zhao, cofundador de Binance implicado en blanqueo de dinero. Incluso todos los participantes condenados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 fueron indultados.
Para muchos, los más de 1.600 perdones emitidos este año se han convertido en un reflejo del poder presidencial y de una cuestionada “clemencia a medida”.
EFE