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Kentucky, la capital del whisky en Estados Unidos, enfrenta dificultades debido a que varias destilerías se están declarando en quiebra en medio de una creciente deuda, una caída de la demanda y condiciones comerciales globales inciertas.
Entre ellas se encuentra LMD Holdings, matriz de Luca Mariano Distillery, que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en el Distrito Este de Michigan.
La industria estatal del bourbon y el whisky, cuyo valor se estima en unos 9 mil millones de dólares, según la Asociación de Destiladores de Kentucky, se enfrenta actualmente a diversos desafíos. Factores como el descenso en la demanda, cambios en las preferencias de los consumidores jóvenes, aranceles internacionales, ciberataques y despidos masivos están redefiniendo el panorama de una industria emblemática.
Según documentos judiciales, LMD enfrenta deudas millonarias, incluida una posible reclamación superior a los 25 millones de dólares por parte de su principal acreedor. Su propietario, Francesco Viola, afirmó que el proceso busca maximizar el valor de los activos y asegurar la continuidad de la empresa.
La crisis no es aislada. Otras marcas como Garrard County Distilling y Stoli Group USA, junto a su filial Kentucky Owl, también han sufrido colapsos financieros; incluso Wild Turkey, de Campari Group, registró una caída del 8.1 % en ventas interanuales.