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Tras los recientes bombardeos masivos por parte de Israel a Gaza este martes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que son “solo el comienzo” y aseguró que la presión militar es esencial para garantizar la liberación de los rehenes aún en manos de Hamás.
Estos son los primeros ataques a gran escala desde la entrada a vigor del acuerdo a un alto al fuego el 19 de enero y han dejado un saldo de más de 400 personas muertas según Hamás.
Por su parte el movimiento islamista palestino acusó a Israel de violar la tregua y de querer imponerle un “acuerdo de rendición”, además de llamar a los “países amigos” a “presionar” a Estados Unidos para que cesen los bombardeos.
“Llamamos a los países amigos que apoyan la justa causa palestina a presionar al gobierno estadounidense para que cese esta agresión y esta guerra genocida contra civiles sin defensa”, indica un comunicado del movimiento islamista palestino.
El primer ministro israelí, Netanyahu, declaró en televisión que Hamás “ya ha sentido nuestra fuerza”, asegurando que solo es “el comienzo”.
“De ahora en adelante”, las negociaciones sobre la liberación de los rehenes que aún se mantienen en Gaza “solo se llevarán a cabo bajo fuego”, aseguró respondiendo a las familias de los rehenes que le acusan de “sacrificarlos”.
Durante un ataque sin precedentes en Hamás el 7 de octubre de 2023, 251 personas fueron secuestradas en territorio israelí, de las cuales 58 permanecen en Gaza y 34 declaradas muertas por el ejército. Ese ataque fue el que desencadenó la guerra en Gaza hasta que la tregua impuesta por un acuerdo negociado con los mediadores Catar, Estados Unidos y Egipto.
El gobierno israelí, que coordina sus operaciones con Washington, ha dejado claro que las negociaciones por los rehenes solo continuarán “bajo fuego”. Esta escalada aumenta los temores de una nueva fase de la guerra.