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A cuatro días de presentarse en el Estadio GNP Seguros de Ciudad de México, Kendrick Lamar atraviesa un panorama inesperado: aún hay disponibilidad en casi todas las secciones del recinto, con capacidad para más de 60 mil personas. La baja demanda ha generado debate sobre por qué el rapero, considerado uno de los más influyentes de la última década, no logra un lleno total en el país.
Entre las teorías más sonadas está la falta de una base de fans sólida en México. Aunque Lamar ya se presentó con éxito en festivales como AXE Ceremonia 2024 o Tecate Pa’l Norte, la realidad es que el hip hop no goza de la misma fuerza que el pop, el rock o el regional mexicano, lo que limita el alcance de artistas de este género.
Otro factor podría ser el recuerdo del desplante en Monterrey durante 2024, cuando canceló su show en el último minuto, lo que dejó a miles de seguidores decepcionados y pudo minar la lealtad del público mexicano.
Finalmente, los precios de los boletos también son parte de la discusión. Aunque comparables con otros artistas internacionales, las secciones más caras —que van de 2,000 a más de 4,000 pesos— siguen sin agotarse, lo que sugiere que Lamar aún no alcanza el nivel de convocatoria que otros cantantes sí logran en el país.