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Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad de Edimburgo, reveló que la Ciudad de México ha recibido en promedio un centímetro de ceniza volcánica cada 900 años durante los últimos 400.000. El hallazgo proviene de un análisis de sedimentos del lago de Chalco, donde se identificaron más de 450 capas de ceniza, además de rastros de deslizamientos de tierra y coladas de lava.
Aunque la mayor parte de estas erupciones provienen de volcanes cercanos, como el Popocatépetl y el Nevado de Toluca, también se detectaron indicios de cenizas transportadas desde más de mil kilómetros de distancia, incluso desde Guatemala.
Un laboratorio natural para el riesgo volcánico
El núcleo perforado en 2016, de 500 metros de profundidad, funciona como una memoria natural de la actividad volcánica. Mediante técnicas de datación y análisis de color, los expertos lograron reconstruir la historia eruptiva con gran detalle.
El investigador Alastair Hodgetts advierte que “un centímetro de ceniza puede parecer poco, pero es suficiente para colapsar el alcantarillado, interrumpir aeropuertos y generar problemas respiratorios”. En uno de cada diez episodios registrados, la acumulación superó los diez centímetros, lo que hoy podría ocasionar daños estructurales y evacuaciones masivas.
El proyecto, financiado por el International Continental Scientific Drilling Programme, reunió equipos de México, Reino Unido, Estados Unidos, Italia y España. Para Hodgetts, el mayor logro fue transformar años de análisis de laboratorio en un archivo que dimensiona los riesgos para más de 20 millones de habitantes de la capital.
“Ese núcleo de cenizas es, en realidad, la memoria de cómo los volcanes han moldeado y amenazado a una de las mayores ciudades del planeta”, concluyó.
EFE