Manila, 27 ene (EFE).- La esposa del ciudadano chino detenido este mes en Filipinas, negó que su marido, Deng Yuanqing, sea un espía al servicio de Pekín, como han sugerido las autoridades de Manila, que investigan el caso por supuesto espionaje, una versión que China ya negó.
En una rueda de prensa, la mujer, Noemi Deng, reiteró que su marido no es un espía y que su presunta vinculación con el Ejército chino “es falsa”, luego de que la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas (NBI, en inglés) asegurase que el hombre está afiliado a la Universidad de Ciencia y Tecnología del Ejército Popular de Liberación chino.
“Sólo puedo decir una cosa: mi marido no es un espía. Lleva más de diez años viviendo en Filipinas”, subrayó la mujer, conmovida hasta las lágrimas, tras denunciar que no ha podido ver a su esposo, detenido el 17 de enero junto a dos ciudadanos filipinos.
Además de pedir una investigación justa y transparente, Deng aseguró que su marido trabaja trazando mapas de carreteras para tecnologías de vehículos inteligentes, y por ello tenía consigo el equipo de topografía vial que le fue incautado por las autoridades.
El NBI afirmó que Deng Yuanqing, junto a los dos filipinos también detenidos, “condujeron tareas de vigilancia ilegal y espionaje” con “equipos avanzados” instalados en un vehículo para cartografiar y transmitir datos detallados sobre estructuras de defensa clave en Filipinas.
Entre estas se incluyen bases militares a las que las tropas estadounidenses tienen acceso en virtud del Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés), dijo durante una rueda de prensa la semana pasada el jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Romeo Brawner Jr.
Las acusaciones irritaron a Pekín, que negó la versión de Manila. La portavoz la Cancillería china Mao Ning urgió a las autoridades filipinas a “dejar de vender” su teoría del supuesto espía y “proteger seriamente los derechos e intereses legítimos” de sus ciudadanos.
Este supuesto espionaje se une a otro caso denunciado por Manila a principios de mes, cuando un grupo de pescadores encontró un dron submarino de unos tres metros de longitud con posibles “aplicaciones militares”, afirmó el pasado 7 de enero un portavoz de la Marina filipina, cuya procedencia está todavía siendo investigada.
Estos casos llevaron a un portavoz de la Marina del país asiático, Roy Vincent Trinidad, a afirmar que “parece haber un plan deliberado y calculado para cartografiar” Filipinas por parte de un “poder extranjero”, sin mencionar directamente a China.
Manila y Pekín mantienen un conflicto por la soberanía de territorios en el mar de China Meridional, una región estratégica por donde transita aproximadamente el 30 % del comercio global, que alberga el 12 % de los caladeros mundiales y cuenta con potenciales reservas de petróleo y gas.