Foto: Andy Orozco
La flor de cempasúchil, originaria de México, recibe su nombre del náhuatl “Cempohualxochitl”, que significa flor de 20 pétalos. Durante la época prehispánica, los mexicas asociaban su color amarillo con el sol y la utilizaban en altares, ofrendas y entierros dedicados a los muertos. Esta flor simboliza la vida y la muerte, y su aroma y color intenso guían a las almas hacia los altares durante el Día de Muertos. En distintas regiones como la Huasteca, la Sierra Otomí-Tepehua y el Valle del Mezquital, el cempasúchil es parte central de la celebración, conectando a vivos y difuntos.
Usos medicinales y prácticos
Más allá de su valor ornamental, el cempasúchil tiene aplicaciones medicinales para tratar malestares digestivos, fiebre, tos y problemas de piel. También se emplea como repelente de insectos, pigmento para textiles, bactericida y ingrediente en alimentos. Documentos históricos como los códices Florentino y Badiano destacan estos usos, preservando el conocimiento ancestral de las comunidades originarias.
Producción y economía
Puebla lidera la producción con más de 11 mil toneladas, mientras que Hidalgo, Guanajuato, Michoacán y Estado de México destacan por sus condiciones ideales de cultivo. Su producción se concentra entre junio y julio para abastecer la demanda de Día de Muertos, generando trabajo y comercio local. Con cerca de 50 especies, el cempasúchil representa un patrimonio biocultural que combina historia, ciencia y tradición.
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