Imagen vía web Misioneros de Guadalupe
Cada 12 de diciembre se celebra a la Virgen de Guadalupe al canto del himno La Guadalupana, que es interpretada por sus fieles en peregrinaciones, misas y celebraciones dedicadas a ella. Es una melodía tan arraigada en la vida cultural del país que parece haber existido desde siempre.
Sin embargo, detrás de este himno popular hay dos figuras fundamentales de la música mexicana: Manuel Esperón y Ernesto Cortázar Hernández, creadores de una canción que ha trascendido generaciones, fronteras y escenarios.
La Guadalupana no solo resuena en el Cerro del Tepeyac, su historia la ha llevado a escucharse en lugares tan lejanos como el Vaticano y la Catedral de Notre Dame en París, convirtiéndose en uno de los cantos religiosos mexicanos más universales.
Incluso, de manera indirecta, su legado toca la historia de Pedro Infante, gracias al estrecho vínculo del ídolo del cine de oro con uno de sus compositores.
Manuel Esperón fue pianista, compositor y una de las figuras más influyentes del cine mexicano. Su legado es monumental: participó en la música de 489 películas y registró más de 900 canciones que hoy forman parte del imaginario colectivo.
De la unión del talento de los compositores Esperón y Cortázar nació La Guadalupana, una canción creada en un contexto donde la devoción mariana inspiraba música, poesía y arte. Su sencillez melódica y su letra directa la convirtieron en un canto fácil de aprender, pero imposible de olvidar.
Es una pieza que se transmite de generación en generación, se entona en procesiones y se reconoce en cualquier rincón del país, incluso por quienes no conocen a sus autores.
Más que una canción religiosa, La Guadalupana es un símbolo cultural y emocional. Su presencia en celebraciones masivas, templos de todo el mundo y reinterpretaciones recientes —incluidas versiones virales de artistas como Itatí Cantoral— confirma su vigencia.
Manuel Esperón y Ernesto Cortázar dejaron un regalo permanente: un himno que une fe, música y tradición, y que cada diciembre vuelve a cantar el corazón de millones de personas.