Imagen vía captura video Cultura Jalisco
Entre jarabes, machetes y personajes históricos, La Huerta guarda un legado dancístico tan vibrante como único en Jalisco.
En La Huerta, Jalisco, la tradición del baile ha sido durante generaciones una forma viva de identidad y celebración. Las fiestas locales cobraban vida al ritmo de jarabes y sones, acompañados por mariachi o conjuntos de cuerdas. Uno de los más populares fue el jarabe de Las Pilas, compuesto por músicos locales como los hermanos Guerrero Rosales, Agapito Guzmán Palomera, Susano Guerrero, Manuel Becerra y su hermano Lázaro.
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El arte del zapateado sobre cántaros
Antes del baile, se instalaba una tarima de madera bajo la cual se colocaban cántaros de barro boca arriba. Esta ingeniosa técnica amplificaba el sonido del zapateado, permitiendo distinguir con claridad a la mejor pareja. Entre las más celebradas destacaban Doña Juana Guerrero y Agapito Guzmán Palomera, ambos del poblado de Las Pilas.
“El Potorrico”: danza con cuchillos y coraje
Una de las expresiones más peculiares y arriesgadas era el baile de “El Potorrico”, ejecutado por un solo hombre armado con dos cuchillos “sayulenses”. Esta danza, acompañada de cuerdas, era un verdadero acto de destreza que incluso llegaba a poner en peligro la vida del bailarín. Entre los más hábiles estaban Salvador Palomera Amezcua (dos veces presidente municipal), Agapito y Aniceto Guzmán Palomera, Susano Guerrero y Francisco Guzmán Palomera.
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La Danza de la Conquista: historia y teatro en movimiento
Otra de las joyas culturales fue la Danza de la Conquista, adaptada por don Primitivo Macías para los pobladores de Mazatán. Se representaba cada diciembre con un vestuario lleno de color y detalles: calzón rojo o azul hasta la rodilla, medias de colores, camisas blancas, capas adornadas con lentejuelas, espejitos y sombreros brillantes. Los participantes empuñaban machetes y representaban tanto a los españoles (Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, La Malinche) como a los aztecas (Moctezuma, Cuauhtémoc, el Rey de Tacuba).
Aunque esta danza desapareció por un tiempo, recientemente ha sido revivida por un grupo de jóvenes entusiastas que la presentan cada año durante las fiestas patronales, devolviendo a La Huerta parte de su esplendor cultural.