Foto: Sitio web Gobierno de México
México es un país de asombrosa diversidad, no solo por sus paisajes y su gastronomía, sino también por la riqueza de sus lenguas indígenas, reflejo de su historia y cultura. Sin embargo, muchas de estas lenguas están en peligro de desaparecer, víctimas del desplazamiento generacional y la discriminación.
En el Día Internacional de las Lenguas Maternas, expertos alertaron sobre la alarmante disminución de hablantes. En 1900, el 15.4 % de la población mexicana hablaba una lengua indígena; hoy, solo el 6.2 %. A pesar de que aún existen 68 lenguas originarias en el país, algunas enfrentan una pérdida de hasta el 65 % de sus hablantes, como el náhuatl y el maya.
Para revertir esta tendencia, grupos indígenas e instituciones gubernamentales han impulsado estrategias de preservación. En Jalisco, por ejemplo, se han organizado talleres infantiles donde los niños aprenden palabras y canciones en náhuatl, mixteco y wixárika. También se promueven lecturas de poesía y teatro en lenguas indígenas para visibilizar su importancia.
Hablantes como Bernardina Ramírez, originaria de Oaxaca, trabajan para fortalecer su idioma a través del arte. “Si uno se siente orgulloso, la discriminación pierde fuerza. Hay que valorar la riqueza de nuestra lengua”, afirma.
México es un mosaico lingüístico, y la preservación de sus lenguas indígenas no solo honra su pasado, sino que también enriquece su presente y futuro.