Fotografía: Archivo EFE
El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, está avanzando con sus promesas de endurecer la política migratoria.
En un movimiento significativo, ha designado a Stephen Miller, uno de sus asesores más conocidos por su postura dura sobre inmigración, como su próximo jefe de personal adjunto. Además, ha nombrado a Thomas Homan, exdirector de ICE, como su “zar de la frontera”.

Con esta nueva estructura, Trump planea poner en marcha la mayor ofensiva de deportaciones en la historia del país, con un enfoque particular en los inmigrantes indocumentados.
Stephen Miller, quien ya fue una figura clave durante el primer mandato de Trump, trabajará junto a Homan en la implementación de políticas de deportación, que incluyen arrestos selectivos y medidas más estrictas en los lugares de trabajo.
Estas acciones se suman a los esfuerzos previos de la administración, como la controvertida política de separación familiar en la frontera.
Aunque muchos de los funcionarios de la primera administración Trump se distanciaron tras el ataque al Capitolio de 2021, Miller se ha mantenido cerca del expresidente, preparándose para una nueva ronda de políticas migratorias que, según algunos críticos, podrían tener un impacto profundo en las comunidades latinas.
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