Foto: Sitio web CONACULTA
En las noches sombrías de Tenosique, Tabasco, se cuentan historias que hielan la sangre y evocan la época de los grandes brujos. Entre estas leyendas, destacan dos relatos que narran la aparición de animales demoníacos con ojos rojos como brasas, cuya sola presencia sembraba el terror entre los habitantes del municipio.
La Gallina con Pollitos
En los barrios de Pueblo Nuevo y Cocoyol, la figura de una gallina negra con 20 polluelos de igual aspecto se convirtió en un símbolo de miedo. A simple vista, estos animales eran inusualmente grandes, con plumas negras y ojos que brillaban en la oscuridad. Las personas que por desgracia encontraban a este ser durante sus caminatas nocturnas eran atacadas brutalmente por picotazos, dejando marcas físicas y un trauma emocional.
Según los relatos, las víctimas de estos encuentros sufrían fiebres altas y delirios, y quedaban postradas en sus hamacas por días. En sus desvaríos, repetían haber sido atacados por una gallina demoníaca y sus polluelos.

Foto: Tenosique es cultura vía Facebook
La Chocha con Chancleta
Otra historia aterradora habla de una cerda gigante conocida como “La Chocha con Chancleta”. Este ser aparecía en la esquina de las calles 20 y 45, donde actualmente se encuentra el mercado Manuel Bartlett. La cerda, con orejas puntiagudas y ojos rojos brillantes, era precedida por un inquietante sonido de “chancleteo”, provocado por sus grandes pezuñas al golpear el suelo.
Cualquier desafortunado que se cruzaba en su camino era embestido con una fuerza descomunal. Las víctimas apenas lograban huir tambaleándose hacia sus hogares, mientras el animal continuaba persiguiéndolos y golpeándolos con su hocico. Los ancianos cuentan que algunos no sobrevivieron al susto y que quienes lo hacían quedaban días en cama, sumidos en un profundo terror.
Tradición y misterio
Estas historias, transmitidas de generación en generación, forman parte del rico imaginario popular de Tenosique. Aunque no existen pruebas tangibles de la existencia de estos animales demoníacos, los relatos se mantienen vivos, alimentando el misterio y la fascinación por lo desconocido.
Las leyendas de “La Gallina con Pollitos” y “La Chocha con Chancleta” recuerdan la riqueza cultural de los pueblos mexicanos, donde lo mágico y lo real se entrelazan, dejando ecos de miedo y asombro en las noches del sureste.