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El pueblo mayo, o yoreme, es una comunidad indígena profundamente arraigada en el norte de Sinaloa y el sur de Sonora, México. Su nombre significa “la gente de la ribera”, y su identidad se basa en el respeto por la tradición, en contraste con los torocoyori (“el que traiciona”) o aquellos que niegan sus raíces.
Los mayos habitan municipios como El Fuerte y Navojoa, en comunidades vinculadas a sus centros ceremoniales, como en Villa de Ahome y Mocorito. Mantienen lazos culturales con los yaquis y los guarijíos, otras etnias hermanas de la región.
Historia y resistencia
Desde el contacto con los españoles en el siglo XVI, los yoremes resistieron colonizaciones, guerras y desplazamientos. El líder jesuita Pedro Méndez inició su evangelización en 1599. En 1740, los mayos se unieron a los yaquis en una rebelión histórica contra el dominio colonial.

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Su lengua, emparentada con el yaqui y el guarijío, está en peligro de desaparecer debido al desplazamiento cultural, el capitalismo de la región y el desprestigio que enfrentan al hablar su lengua. Sin embargo, los mayos conservan prácticas tradicionales como la medicina natural y el uso de materiales locales en sus viviendas, reflejo de su conexión con la naturaleza.
Territorio y economía
La región mayo abarca desde la costa hasta las sierras, con climas extremos y suelos difíciles. La agricultura, pesca y ganadería son las principales actividades económicas; también el camarón es el producto estrella de exportación, y las ciudades de Huatabampo y Navojoa son los motores comerciales de la región.


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A pesar de los desafíos históricos y sociales, los yoremes han resistido, preservando sus tradiciones y valores como un recordatorio de su rica herencia cultural.