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El Gobierno de México rechazó la decisión de Perú de romper relaciones diplomáticas luego de que la embajada mexicana en Lima concediera asilo político a Betssy Chávez, ex primera ministra y aliada del expresidente Pedro Castillo, procesada por el intento de golpe de Estado de 2022.
El subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco Álvarez, afirmó que México actuó “con sentido humanitario y en estricto apego al derecho internacional”. Explicó que la decisión se basó en una evaluación conjunta de la SRE y la Segob, y recordó que la Convención de Caracas otorga al Estado asilante la facultad de determinar los motivos de persecución.
México invocó también una resolución de la ONU de 1967 que establece que el asilo “nunca será considerado un acto inamistoso”.
La subsecretaria Raquel Serur Smeke destacó que el asilo es “una de las instituciones más nobles” del país, evocando precedentes como los exilios españoles y latinoamericanos del siglo XX.
Por su parte, Pablo Monroy Conesa sostuvo que México no interviene en los asuntos internos del Perú y que se mantendrán las relaciones consulares “por respeto y cariño al pueblo peruano”.
EFE