Imagen vía Facebook Secretaria de Turismo de México
A tan solo 30 minutos de la Ciudad de Tlaxcala y a dos horas de la CDMX, se encuentran las Minas de Tiza, un conjunto de cavernas de calcita ubicadas en la zona de San Mateo Huexoyucan. Este sitio poco conocido se ha convertido en un verdadero paraíso para exploradores, fotógrafos y amantes del ecoturismo.
Este lugar modificado por la actividad mineral del hombre es un destino que invita a caminar por un laberinto de arcilla blanca, con túneles, galerías y recovecos naturales que parecen salidos de otro planeta a quiénes lo visitan. Una experiencia visual y sensorial única que cambia con la luz del sol a lo largo del día.
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¿De qué están hechas las Minas de Tiza?
Las formaciones de estas cavernas están hechas de calcita, un mineral que es el principal componente de la tiza o gis, como se le conoce comúnmente en México, que demás de usarse para escribir, la calcita también tiene aplicaciones industriales como en la elaboración de cemento, fertilizantes, vidrio, cosméticos y caucho.
Durante las décadas de los sesenta y setenta, las minas eran explotadas intensamente, extrayéndose hasta cinco tráilers de material al día. Tras años de abandono, viajeros aventureros redescubrieron el lugar, dándole una segunda vida como destino turístico.
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La palabra tiza viene del náhuatl tizatl, que significa “tierra blanca”. Curiosamente, en México se usa más la palabra gis, mientras que “tiza” es común en otros países hispanohablantes. Además, la tiza extraída de estas minas es utilizada para hacer las pastillas de cal de maíz, por lo que está estrechamente a la gastronomía mexicana.