El empresario Elon Musk, quien ha sido designado por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, para mejorar la eficiencia de la administración pública, ha cuestionado el uso de fondos públicos para mantener oficinas gubernamentales vacías.
Musk critica que, según un informe de la Junta de Reforma de Edificios Públicos (PBRB), las oficinas federales en Washington D.C. tienen una ocupación promedio del 12%, lo que ha generado un gasto significativo en el mantenimiento de espacios de trabajo no utilizados, estimado en 2.000 millones de dólares anuales.
El plan de Musk y su socio Ramaswamy en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) busca reducir la burocracia federal y aumentar la eficiencia del gobierno, destacando que obligar a los empleados a regresar a las oficinas podría llevar a una “ola de despidos voluntarios”, lo cual consideran beneficioso.
Además, proponen disminuir significativamente el tamaño de la burocracia, basándose en la idea de que el gobierno debe estar controlado por personas electas, no por burócratas no elegidos.
Musk y Ramaswamy apuntan a un ahorro de costos considerable para los contribuyentes y sugieren una revisión profunda del gasto federal, señalando que muchos de los 500.000 millones de dólares en gastos no autorizados por el Congreso son parte de la expansión de la burocracia, que consideran una amenaza para el sistema democrático.