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El cohete Starship de SpaceX despegó este jueves desde Boca Chica, Texas, pero minutos después perdió contacto y explotó, dejando escombros en Florida y obligando al cierre temporal de cuatro aeropuertos, incluyendo el de Miami y Fort Lauderdale.
El lanzamiento ocurrió a las 18:30 hora local (23:30 GMT), con la primera etapa del cohete, el propulsor Super Heavy, logrando regresar exitosamente a la base. Sin embargo, la etapa superior falló y explotó en el aire, generando una lluvia de restos sobre una amplia zona del sur de Florida y las Bahamas.
Videos en redes sociales capturaron el momento de la explosión, mientras transeúntes y conductores en la Bahía de Tampa observaban desconcertados lo que describieron como una “nave a la deriva” antes de la desintegración.
La Administración Federal de Aviación (FAA) reaccionó rápidamente, ordenando restricciones de vuelos durante una hora en los aeropuertos de Miami, Orlando, Fort Lauderdale y Palm Beach. Aunque el Aeropuerto Internacional de Tampa no se vio afectado directamente, algunos vuelos con destino a Miami fueron desviados.
SpaceX, propiedad de Elon Musk, no se refirió a la explosión directamente, limitándose a llamarlo un “desmontaje rápido e imprevisto”, como ha hecho en fallos anteriores. La FAA, por su parte, anunció que investigará este nuevo incidente, similar al ocurrido en la prueba de enero pasado.
El Starship estaba programado para realizar un vuelo suborbital de aproximadamente una hora, finalizando con un amerizaje en el océano Índico. Además, se esperaba que desplegara cuatro satélites simulados de Starlink, algo que no se pudo concretar.
Este cohete, diseñado para viajes de larga distancia y transporte de grandes cargas, ha enfrentado varias pruebas fallidas, pero SpaceX sigue adelante con su desarrollo con mirada puesta en futuras misiones espaciales.
EFE