Imagen vía web Fundación Casa de México en España
El pambazo es un platillo icónico de la gastronomía mexicana, reconocido por su sabor y su característico color naranja brillante. No puede faltar en ferias, celebraciones y puestos callejeros, siendo un antojito infaltable en la comida popular.
Pero de ¿cuál es la historia del pambazo?
Algunos relatos indican que este icónico platillo de llamativo color fue una petición de la emperatriz Carlota mientras que otros sugieren que es alimento históricamente asociado a las clases bajas, pero también está la versión que relata que su origen es europeo.
Capricho imperial de la emperatriz Carlota
Según una leyenda, este platillo nació gracias a la emperatriz Carlota, quien pidió al chef Josef Tüdös crear un platillo que simulara la punta nevada del Pico de Orizaba. Desde entonces, el pambazo se convirtió en una delicia tradicional en Puebla y Veracruz.


Imágenes vía web México Desconocido
Un platillo de origen campestre
La versión más popular del origen de los pambazos los sitúa en la época del Virreinato con la producción del “pan basso”. Este pan, que solo se elaboraba en las “pambacerías”, era elaborado a base de harina de “baja validad”, huevo y leche; una mezcla económica pero que satisfacía a quiénes lo consumían.
El pambazo moderno
Hoy en día, el pambazo se distingue por su preparación única: el pan se sumerge en una salsa de chile guajillo, ajo y cebolla, adquiriendo su tono naranja vibrante. Tradicionalmente, se rellena con papa, chorizo, frijoles, aguacate y pollo, aunque en épocas como la Cuaresma, se sustituye la carne por queso.
En Veracruz, los pambazos son diferentes, ya que no llevan el característico color rojo y suelen estar rellenos de frijoles, mayonesa, jamón, pollo, chorizo, lechuga, cebolla y chipotles adobados.
La sencillez y versatilidad del pambazo lo han llevado a convertirse en un símbolo de la gastronomía mexicana, conquistando corazones tanto de locales como de turistas.