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Un error garrafal en las comunicaciones de seguridad nacional del gobierno de Donald Trump ha desatado un escándalo en Estados Unidos. Según reveló la revista The Atlantic, un periodista logró infiltrarse accidentalmente en un chat privado donde altos funcionarios discutían un ataque militar contra Yemen.
El editor de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, explicó que fue añadido el 11 de marzo a un grupo de Signal, una aplicación de mensajería encriptada, por una cuenta que parecía pertenecer a Mike Waltz, asesor de seguridad de la Casa Blanca. Entre los 18 participantes figuraban nombres clave como el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el secretario de Estado Marco Rubio y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard.
A lo largo de cuatro días, Goldberg tuvo acceso a información confidencial sobre el ataque que, según los rebeldes hutíes de Yemen, dejó 53 muertos y 98 heridos. En el chat, altos funcionarios discutían los objetivos militares y la entrega de armamento. El secretario de Defensa, Hegseth, detalló los paquetes de armas, mientras que el vicepresidente Vance expresó dudas sobre la viabilidad del ataque.
El chat, además, estuvo plagado de emoticonos patrióticos. Waltz celebró el inicio de los ataques con un puño golpeando, una bandera estadounidense y un fuego, mientras que el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, respondió con manos rezando, un brazo mostrando bíceps y banderas estadounidenses.
Posibles delitos federales y repercusiones
El uso de Signal, una plataforma no aprobada para comunicaciones oficiales, ha desatado preocupaciones legales. Según expertos citados por The Atlantic, este incidente podría violar la Ley de Espionaje de EE.UU., ya que se discutieron operaciones militares en una plataforma vulnerable a filtraciones. Además, la configuración para borrar los mensajes en un plazo de cuatro semanas iría en contra de la Ley de Preservación de Archivos Oficiales.
El escándalo podría costarle el puesto a Waltz, a quien un alto funcionario anónimo describió como un “completo idiota” en declaraciones a Politico.
Este episodio ha generado comparaciones con el caso de Hillary Clinton, a quien Trump acusó en 2016 de mal manejo de información confidencial. La propia Clinton ironizó en redes sociales al compartir la noticia con la frase: “Tiene que ser una broma”.
EFE