Foto: EFE
En un acto lleno de simbolismo y reflexión, más de un centenar de personas se reunieron este sábado 14 de diciembre en el muro fronterizo entre California y México para celebrar la ‘Posada sin Fronteras’, una tradición que revive el peregrinar de María y José en busca de refugio, ahora comparado con la travesía de los migrantes que arriesgan todo por un futuro mejor.
En su edición número 31, la celebración enfrentó un escenario diferente: los dos grupos, reunidos en San Diego y Tijuana, estuvieron más distantes que nunca, separados por dos muros paralelos de más de nueve metros de altura, alambre de púas y estricta vigilancia de la Patrulla Fronteriza. Esta vez, los cantos tradicionales que históricamente cruzaban la frontera quedaron silenciados por la barrera física y simbólica que divide a las comunidades.
Pedro Ríos, coordinador del evento en California, destacó la importancia de este acto en el contexto político actual:
“El mensaje de la posada de este año es que siempre se le tiene que dar la bienvenida a los migrantes que vienen huyendo del peligro, eso hace parte de los derechos humanos”.
La posada tuvo lugar en un sitio emblemático, donde en mayo pasado miles de migrantes acamparon con la esperanza de presentar sus solicitudes de asilo. Este año, sin embargo, el lugar lució desolado, reflejando la incertidumbre ante el retorno de Donald Trump a la Presidencia y su política de “puertas cerradas” hacia la inmigración.
Oraciones y Reflexión por los Migrantes Fallecidos
Uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia fue la lectura de los nombres y fechas de los migrantes que perdieron la vida este año intentando cruzar la frontera. Muchos de ellos murieron al caer del muro, una estructura que aumenta los riesgos para quienes intentan atravesarla.
Según datos de la Patrulla Fronteriza, en el año fiscal 2024 se realizaron 5,420 rescates de migrantes, aunque las cifras de fallecidos aún no se han dado a conocer. En años recientes, los decesos han aumentado, y activistas advierten que el endurecimiento de las políticas fronterizas obligará a los migrantes a buscar rutas más peligrosas, exponiéndolos aún más al peligro.
La celebración cerró con una oración colectiva, pidiendo que el espíritu de la Navidad toque los corazones de los políticos estadounidenses y promueva una política migratoria más humana y compasiva. La ‘Posada sin Fronteras’ es más que una tradición navideña; es un recordatorio de la lucha diaria de miles de personas que buscan refugio y dignidad.

