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Las redadas migratorias en Estados Unidos están dejando a decenas de pequeños negocios en una situación crítica. Uno de los casos más visibles es el de Taco Giro, una cadena de restaurantes mexicanos del sur de Arizona que se ha visto obligada a cerrar indefinidamente siete de sus diez locales tras un operativo de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
Cierres y pérdidas laborales
César Rodríguez, director de operaciones de Taco Giro, explicó que el operativo del pasado 5 de diciembre derivó en el arresto de 46 trabajadores, lo que representó la pérdida inmediata del 10 % de su plantilla. Además, los agentes incautaron documentos laborales y visitaron domicilios de empleados, lo que incrementó el número de detenciones. Rodríguez señaló que el temor se ha extendido incluso entre trabajadores con ciudadanía estadounidense, preocupados por familiares indocumentados.
ICE aseguró que la acción fue resultado de una investigación por presuntas irregularidades laborales y fiscales, acusaciones que la empresa calificó de infundadas. Mientras tanto, clientes habituales reconocen que el miedo a nuevas redadas ha reducido la afluencia a los restaurantes.
Situaciones similares se repiten en otros negocios. Marco Antonio López, dueño de Beef Master Meat Market en Tucson, relató que tras una redada en marzo perdió a la mayoría de sus empleados, aunque no hubo arrestos. Meses después, aún enfrenta gastos legales y posibles sanciones que podrían poner en riesgo la viabilidad de su empresa.
Economía local en riesgo
La alcaldesa de Tucson, Regina Romero, advirtió que estos operativos no aumentan la seguridad y sí generan graves daños económicos. Según datos recientes, en ciudades como Los Ángeles, hasta el 43 % de empresarios hispanos afectados reportan pérdidas superiores al 50 %. Para autoridades locales, las redadas están profundizando la incertidumbre económica en comunidades ya presionadas por el alza de rentas y alimentos.
EFE