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Las palabras del presidente Trump sobre el asesinato del cineasta Rob Reiner y su esposa, Michele, han generado críticas poco habituales dentro del propio Partido Republicano, cuyos integrantes consideraron el mensaje inapropiado y alejado del tono que exige el cargo.
El mandatario atribuyó el crimen a la “ira” que, según él, Reiner provocaba en otros por padecer lo que llamó el “Síndrome de Trastorno por Trump”, comentario que desató reacciones de rechazo incluso entre legisladores conservadores. Rob Reiner, director de filmes emblemáticos como Cuando Harry encontró a Sally, fue asesinado junto a su esposa en su residencia de Los Ángeles. El principal sospechoso es su hijo mediano, Nick Reiner, detenido por las autoridades.
El congresista Mike Lawler, de Nueva York, afirmó que se trata de una tragedia que debería generar compasión, independientemente de las diferencias políticas. En el mismo sentido, la legisladora Stephanie Bice, de Oklahoma, subrayó que el momento requería oraciones y acompañamiento a la familia, no mensajes politizados.
Don Bacon, representante de Nebraska, señaló que la mayoría de los estadounidenses espera “algo mejor” de su presidente. Incluso Marjorie Taylor Greene, aliada histórica de Trump, calificó el hecho como una tragedia familiar que debe abordarse con empatía, especialmente ante problemas de adicción y salud mental.
Pese a las críticas, Trump reiteró posteriormente sus descalificaciones hacia Reiner en declaraciones desde la Casa Blanca.