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El mundo del béisbol está de luto tras el fallecimiento de Rickey Henderson, miembro del Salón de la Fama y considerado el mejor primer bate de la historia, a los 65 años. Su legado, construido a lo largo de una carrera de 25 años en la MLB, marcó un antes y un después en el deporte.
Henderson, líder histórico en bases robadas (1,406), jonrones como primer bate (81) y carreras anotadas (2,295), fue un ícono del juego. Ganador del premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1990, participó en 10 Juegos de Estrellas, conquistó dos títulos de la Serie Mundial y fue reconocido con múltiples premios individuales, incluyendo tres Bates de Plata y un Guante de Oro.
El Comisionado de MLB, Rob Manfred, destacó la influencia de Henderson:
“Rickey fue el estándar de oro en el robo de bases y como primer bate. Encarnó velocidad, poder y entretenimiento, marcando el tono desde la parte alta de la alineación.”
El impacto de Henderson trasciende estadísticas, siendo un modelo para generaciones de jugadores y fanáticos. Su nombre y récords permanecerán como un símbolo de excelencia en el béisbol.
Rickey Henderson belted a home run to become MLB's all time runs scored leader … and in true Rickey style, he slid into home plate to celebrate 🫶 pic.twitter.com/YT5iYSiMXi
— MLB (@MLB) December 22, 2024