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La isla de Santorini, uno de los destinos más icónicos del Mediterráneo, ha sido sacudida por continuos terremotos de hasta 5,2 de magnitud, lo que ha provocado el éxodo de miles de personas. Ante el temor de un sismo mayor, más de 11.000 habitantes y turistas han abandonado la isla en los últimos días, convirtiéndola en un paisaje desolado.
La actividad sísmica, que inició el 24 de enero, ha dejado a Santorini con solo 4.000 residentes en sus calles, mientras muchos más esperan vuelos extraordinarios para evacuar. Los fuertes vientos han impedido la salida de barcos, por lo que la vía aérea se ha convertido en la única opción de escape.
La capital, Fira, y el pueblo turístico de Oia, conocidos por sus icónicas casas blancas y cúpulas azules, lucen desiertos, con calles cerradas por seguridad ante el riesgo de derrumbes. La incertidumbre se intensifica por el temor a un tsunami o una reactivación volcánica, dado que la isla se encuentra sobre una caldera volcánica activa.
El miércoles a las 19:09 GMT, un sismo de 5,2 se registró cerca de la isla de Amorgos, el más fuerte hasta ahora. Las autoridades y expertos monitorean la situación, pero la incertidumbre sigue creciendo entre los habitantes que aún permanecen en Santorini.
EFE