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El Senado de Estados Unidos aprobó este martes, por un estrechísimo margen de 51-50, el plan fiscal y presupuestario del presidente Donald Trump, que ahora regresa a la Cámara de Representantes para su revisión final, con el objetivo de ser firmado por el mandatario antes del 4 de julio.
El voto decisivo fue emitido por el vicepresidente JD Vance, tras una maratónica sesión de más de 24 horas que reflejó las divisiones dentro del Partido Republicano. Tres senadores republicanos rompieron filas y votaron en contra de la propuesta, bautizada por Trump como “el gran y hermoso proyecto de ley”.
El plan busca extender recortes presupuestarios, limitar el gasto público y aumentar los fondos para defensa y control migratorio. Sin embargo, la Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió que sumaría 3,3 billones de dólares a la deuda nacional en una década, cifra que supera lo aprobado previamente por la Cámara Baja.
La magnitud del déficit generó fricciones dentro del partido, incluso con aliados como Elon Musk, quien criticó duramente a los legisladores que respaldaron el incremento del gasto.
Otros senadores republicanos moderados expresaron preocupación por los recortes a programas como Medicaid y SNAP, esenciales para comunidades vulnerables.
Durante el llamado vote-a-rama, los senadores votaron 45 enmiendas, superando el récord histórico de 44 votaciones seguidas. El megaproyecto ahora enfrenta un escrutinio contrarreloj en la Cámara Baja, que debe ratificar los cambios antes del Día de la Independencia, fecha impuesta por Trump para su firma.
EFE