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Un hombre condenado por la violación y homicidio de una joven fue ejecutado este jueves en el estado de Tennessee.
Harold Nichols, de 64 años, murió por inyección letal a las 10:39 hora local en una prisión de Nashville, según el Departamento Correccional estatal; antes de su ejecución, Nichols expresó sus últimas palabras: “A las personas a las que hice daño, lo siento. A mi familia, sepan que los amo. Sé para dónde voy. Estoy listo para ir a casa”.
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Nichols fue sentenciado a muerte por la violación y asesinato de Karen Pulley, una estudiante universitaria de 20 años, en 1988; además confesó haber atacado a otras mujeres. Su caso se convirtió en la segunda ejecución de la semana en Estados Unidos.
El martes, Florida ejecutó mediante inyección letal a Mark Geralds, de 58 años, condenado por el asesinato de Tressa Pettibone en 1989. Ese estado suma ya 18 ejecuciones en lo que va del año, más que cualquier otra entidad del país. Alabama y Texas registran cinco cada uno.
En total, Estados Unidos acumula 46 ejecuciones en 2025, igualando la cifra de 2010, el número más alto en los últimos 15 años. De ellas, 38 se han realizado por inyección letal, tres por pelotón de fusilamiento y cinco mediante hipoxia de nitrógeno, un método denunciado como cruel e inhumano por expertos de Naciones Unidas.
Actualmente, la pena de muerte ha sido abolida en 23 estados. Otros, como California, Oregón y Pensilvania, mantienen moratorias. El presidente Donald Trump ha reiterado su apoyo a la pena capital y ha llamado a ampliarla para “los crímenes más viles”.
