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Un terremoto de magnitud 6,9 sacudió este martes la isla de Cebú, en el centro de Filipinas, dejando hasta el momento al menos 60 muertos y más de un millón de familias afectadas, según datos oficiales y de la organización humanitaria Plan Internacional.
El sismo provocó graves daños en viviendas e infraestructura, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares y refugiarse en albergues temporales. Las autoridades locales declararon estado de calamidad y pidieron ayuda urgente a la población y a la comunidad internacional. En un mensaje difundido en redes sociales, el gobierno provincial solicitó “todo tipo de donaciones”, incluyendo víveres, transporte y voluntarios.
Plan Internacional confirmó que ya desplegó equipos de emergencia para atender a las comunidades más golpeadas, mientras que el gobierno filipino movilizó tropas militares, médicos y grupos de ingenieros. Asimismo, helicópteros y un avión C-130 de las Fuerzas Aéreas transportaron alimentos como arroz y fideos, además de material de primera necesidad.
Filipinas, situada en el Anillo de Fuego del Pacífico, registra cada año unos 7.000 movimientos telúricos, la mayoría moderados, aunque algunos, como el ocurrido en Cebú, dejan consecuencias devastadoras.
La catástrofe llega apenas días después del paso del tifón Bualoi, que dejó 14 muertos y cientos de miles de evacuados.