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Este lunes el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó la detención de más de 50 legisladores estatales que abandonaron el estado para boicotear la votación de redistribución electoral que favorecería al Partido Republicano.
Abbott instruyó al Departamento de Seguridad Pública a arrestar a los diputados que no se presentaran a una sesión prevista para la tarde y acusó a los legisladores en un comunicado de abandonar “su deber con los tejanos” al viajar estados demócratas como Illinois y Nueva York.
“Están bloqueando una legislación crucial para ayudar a las víctimas de inundaciones y avanzar en el alivio fiscal sobre la propiedad. Hay consecuencias por incumplir con el deber”, subrayó el mandatario republicano.
El anuncio de Abbott se produjo después de que los republicanos en la Cámara de Representantes de Texas aprobaran una resolución para emitir órdenes de arresto civil contra los ausentes. Sin embargo, la medida solo puede aplicarse dentro del estado, y los gobiernos de los estados donde se refugiaron los legisladores ya han expresado su apoyo a estos y han rechazado colaborar con Texas.
Los republicanos tejanos buscan redibujar el mapa electoral de cara a las elecciones de medio término, con el objetivo de asegurar más escaños en la Cámara de Representantes nacional y mantener el control de su partido en la legislatura estatal. El primer borrador de la propuesta crea cinco nuevos distritos que, según medios locales, beneficiarían al Partido Republicano.
La iniciativa, impulsada por el presidente Donald Trump, daría a su partido una ventaja frente a los demócratas en las elecciones legislativas generales de 2026, en las que se renovarán la totalidad de la Cámara Baja y un tercio del Senado, que, de aprobarse podrían controlar 30 de los 38 escaños que le corresponden a Texas en la Cámara Baja, frente a los 25 que ostentan actualmente.
El nuevo mapa amenaza varios distritos actualmente en manos de los demócratas y reconfigura las regiones representadas por Henry Cuéllar y Vicente González, en el sur de Texas, para favorecer a los republicanos, y elimina el distrito del progresista Greg Casar, en el centro del estado.
La medida resulta inusual, ya que se impulsa en una sesión especial del legislativo estatal convocada por Abbott en pleno verano y fuera del calendario habitual. El rediseño de los mapas electorales suele realizarse cada diez años a partir de los datos del censo.
Abbott también amenazó con presentar cargos criminales contra los legisladores demócratas ausentes, acusándolos de haber “solicitado y recibido dinero” para no votar y abandonar la legislatura. Según las normas de la Cámara, los legisladores enfrentan una penalización de 500 dólares diarios por cada día de ausencia mientras el Congreso esté en sesión.
De acuerdo con The Texas Tribune, el movimiento demócrata, respaldado por donantes, es una forma de protesta contra lo que llaman un sistema electoral injusto y manipulado.
EFE