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El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó este miércoles izar las banderas a media asta en todo el estado en señal de duelo por las más de 100 personas fallecidas y los 173 desaparecidos tras las devastadoras inundaciones en la región del Hill Country, cerca de San Antonio.
“Incontables vidas se han perdido durante este horroroso acontecimiento”, expresó Abbott en una carta, en la que pidió a edificios oficiales y entidades privadas guardar el luto hasta el lunes. La tragedia, ocurrida durante el fin de semana del 4 de julio, afectó varios condados, siendo Kerr uno de los más golpeados, con 161 desaparecidos confirmados hasta ahora.
Las labores de rescate continúan, con apoyo de voluntarios, equipos de emergencia de otros estados e incluso bomberos mexicanos. Sin embargo, las posibilidades de encontrar supervivientes disminuyen con el paso de las horas.
Las autoridades locales enfrentan críticas por no haber emitido órdenes de evacuación a tiempo, a pesar de las alertas de lluvias emitidas desde la madrugada del 4 de julio. El alguacil del condado de Kerr, Larry Leitha, se comprometió a investigar cómo funcionó el sistema de alertas y responder a las inquietudes de la comunidad.
Expertos del Servicio Meteorológico Nacional indicaron que las lluvias superaron los pronósticos, acumulando hasta 27.9 centímetros en pocas horas. No obstante, meteorólogos de AccuWeather señalaron que se pudieron haber tomado medidas preventivas más eficaces.
La tragedia pone en evidencia la vulnerabilidad de algunas zonas rurales frente a fenómenos extremos.
EFE