Legisladores de Texas han instado al Gobierno de Donald Trump a incluir en las negociaciones arancelarias con México una exigencia para que el país vecino cumpla con el Tratado de Aguas de 1944, en medio de una grave crisis hídrica que afecta al estado.
La falta de agua ha tenido consecuencias económicas devastadoras en el sur de Texas, incluyendo el cierre de una planta de azúcar en el Valle el año pasado”, afirmó la congresista demócrata Erin Elizabeth Gámez.
El senador republicano Adam Hinojosa presentó esta semana un decreto que exige al Gobierno de Claudia Sheinbaum cumplir con el acuerdo binacional, alegando que México ha desviado más agua de la acordada para la expansión agrícola en Chihuahua. Según cálculos de la Universidad Texas A&M, las pérdidas económicas derivadas de la escasez de agua en la región ascienden a 993 millones de dólares anuales.
La propuesta ha generado apoyo bipartidista, con legisladores como el republicano Charles Perry sugiriendo condicionar el comercio con México al cumplimiento del tratado. “Utilizar el flujo del Río Grande como herramienta de presión podría beneficiar a los agricultores texanos, que enfrentan serias dificultades por la sequía”, afirmó.
Sin embargo, expertos como Rosario Sánchez, del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, advierten que la crisis afecta a ambos países y que el tratado no contempla variaciones en los volúmenes de agua asignados pese a las condiciones actuales de la cuenca.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum ha evitado responder directamente a la petición texana, señalando que aguardará hasta el 2 de abril, cuando EE.UU. tiene previsto imponer nuevos aranceles a productos metálicos mexicanos. “Esperaremos a ver si necesitamos implementar medidas recíprocas”, declaró.
EFE