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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó este martes que podría invocar la Ley de Insurrección de 1807 para enfrentar lo que considera una “ola de crimen rampante” en Chicago, después de haber amenazado con aplicarla en Portland, Oregón. Durante una reunión en el Despacho Oval con el primer ministro canadiense, Mark Carney, Trump señaló que la legislación, uno de los poderes de emergencia más contundentes del Ejecutivo, ya ha sido invocada antes y que podría ser necesaria si el gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker, no logra controlar la delincuencia.
El mandatario reiteró que “muchas personas han sido tiroteadas” en Chicago y que, ante la incapacidad percibida de las autoridades locales, el Gobierno federal intervendrá. En respuesta, Pritzker y las autoridades locales denunciaron la medida como un abuso de poder y la calificaron de “invasión anticonstitucional”, señalando que el despliegue de 300 soldados de la Guardia Nacional de Texas se realiza en un contexto de protestas contra redadas migratorias.
La Ley de Insurrección permite al presidente desplegar fuerzas militares en situaciones que superen la capacidad de las autoridades civiles, aunque su uso no está claramente definido ni limitado. Su última aplicación fue en 1992, durante los disturbios de Los Ángeles bajo el mandato de George H.W. Bush.
EFE