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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es formalmente candidato al Premio Nobel de la Paz 2025 tras ser propuesto por el Gobierno de Pakistán y, días después, por el congresista republicano Buddy Carter. Ambos tienen derecho a presentar candidaturas según los estatutos del comité Nobel.
Trump ha manifestado en reiteradas ocasiones su deseo de recibir este galardón, asegurando que lo merece tanto como Barack Obama, quien lo ganó en 2009. “Si yo me llamara Obama, me entregarían el Premio Nobel en diez segundos”, dijo en octubre pasado.
Entre los argumentos que respaldan su postulación, Trump cita su papel en la contención o pausa de varios conflictos internacionales: Israel-Irán, India-Pakistán, RDC-Ruanda y Egipto-Etiopía. Algunos analistas, como Michael Hanna del ‘think tank’ Crisis Group, dudan de su idoneidad, aunque reconocen que su intervención directa en el alto el fuego entre Israel e Irán pudo ser determinante por su influencia sobre el Gobierno israelí.
No obstante, otros casos, como el conflicto entre Congo y Ruanda, parecen responder más a intereses estratégicos. Hanna subraya la “diplomacia transaccional” de Trump, especialmente en regiones con recursos clave como los minerales raros del Congo.
En cuanto a Gaza, su “plan de paz” incluyó propuestas como el exilio voluntario de palestinos y el desarrollo de una “Riviera” inmobiliaria, levantando dudas sobre si su objetivo es realmente la paz o intereses personales y comerciales.
A pesar del escepticismo, su nombre estará sobre la mesa del comité Nobel en 2025.
EFE