Imagen vía EFE
El presidente estadounidense Donald Trump, se reunirá con Vladimir Putín, mandatario de Rusia, el próximo viernes 15 de agosto en Alaska para hablar sobre el fin de la guerra en Ucrania, según lo anunciado con la Casa Blanca.
Previo al anuncio, el republicano señaló que Ucrania tendría que ceder territorio para llegar a un acuerdo de paz y no se está claro si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, formará parte de la reunión en Alaska.
Este encuentro será el primero entre Trump y el Putin desde la reunión de los jefes de estado en el año 2021, cuando el mandatario ruso se reunió con Biden meses antes de que Moscú iniciara su invasión a Ucrania en febrero de 2022. Cabe mencionar que la última vez que Putin pisó suelo estadounidense fue en septiembre de 2015, cuando viajó a Nueva York para participar en una Asamblea General de la ONU y se reunió con Barack Obama.
El anuncio de reunión tiene lugar fuera del plazo impuesto por el republicano a Moscú para que diera un paso significativo para cesar el ataque o ser acreedor de sanciones económicas y aranceles adicionales, incluidos los agrávemes impuestos a los países que compren petróleo ruso.
Por otra parte, durante la ceremonia de firma del acuerdo de paz entre Armenia y Ucrania en el Despacho Oval, Trump adelantó que está desarrollando un “intercambio” de territorios en un posible indicio de que EE.UU. podría presionar a Kiev para ceder territorio ante Rusia a cambio de la paz.
“Estamos viendo eso. En realidad estamos contemplando recuperar parte e intercambiar parte. Es complicado, pero vamos a recuperar parte y vamos a intercambiar otra. Habrá un intercambio de territorios para conveniencia de los dos, hablaremos sobre ello más tarde o mañana”, apuntaba.
La propuesta es polémica: aunque la mayoría de los ucranianos apoyan un acuerdo de paz, la mayoría rechaza ceder territorios al agresor. Además, un pacto tendría que incluir garantías de seguridad para Ucrania y limitar el suministro de armas occidentales, como exige el Kremlin.
Inicialmente, Washington contemplaba que la reunión se produjera después de un encuentro entre Putin y Volodímir Zelenski, pero la idea fue descartada tras la oposición rusa. La cita de Alaska se perfila así como un momento clave en la diplomacia internacional, con implicaciones profundas para el futuro de la guerra.