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El fenómeno climático de La Niña apareció brevemente este año, pero ya se desvaneció, dando paso a una fase neutra que marcará el clima mundial en los próximos meses. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) confirmó que ni La Niña ni El Niño están activos actualmente, lo que complica los pronósticos para la temporada de huracanes y el verano.
Aunque el impacto directo de La Niña ha terminado, sus efectos podrían persistir por un tiempo, según expertos. Sin su influencia, la actividad ciclónica en el Atlántico, que suele aumentar con La Niña, dependerá de otros factores como las temperaturas oceánicas, que siguen siendo anormalmente altas debido al cambio climático.
Estas aguas cálidas podrían impulsar una temporada de huracanes activa, como la del año pasado, que produjo 18 ciclones con nombre y cinco huracanes que tocaron tierra en EE.UU.
Además, se espera un verano más caluroso de lo normal en gran parte del país, con pocas excepciones. El calentamiento global y la sequía podrían crear un ciclo de calor extremo que ya se vivió intensamente en 2023. Aunque el futuro inmediato del clima es incierto, lo que sí está claro es que el calor no dará tregua.