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La Universidad de Texas en Austin (UT), una de las instituciones públicas más prestigiosas del estado, anunció que dejará de ofrecer tratamientos hormonales a estudiantes transgénero a partir del próximo periodo escolar, que inicia este otoño. Hasta ahora, el centro médico universitario brindaba acceso a este tipo de cuidados, considerados esenciales para la afirmación de género.
La terapia hormonal incluye medicamentos como estrógeno, testosterona o bloqueadores hormonales y, según la Universidad Johns Hopkins, puede mejorar el bienestar emocional y la calidad de vida de las personas trans al hacer coincidir su identidad de género con su apariencia física.
La decisión ocurre en un contexto de creciente hostilidad hacia la comunidad trans en Texas. El Congreso estatal aprobó recientemente una ley que impone multas de hasta 5.000 dólares a quienes utilicen baños públicos distintos al sexo asignado al nacer, además de una resolución que declara que solo existen “dos géneros”.
El anuncio se suma a otras controversias en instituciones educativas texanas, como el despido de profesores en Texas A&M University tras acusaciones de promover “ideología de género”. Paralelamente, la orden ejecutiva del Gobierno de Donald Trump que busca retirar fondos a programas de Diversidad, Equidad e Inclusión continúa bloqueada en tribunales.
EFE