En la frontera sur de México, migrantes venezolanos, que representan más del 28 % de la migración irregular detectada en 2024, han solicitado al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que intervenga para resolver la crisis política en su país y ayudar a frenar caravanas migrantes.
Según cifras de la Unidad de Política Migratoria de México, entre enero y agosto de 2024, se registraron 266,846 migrantes venezolanos, un incremento del 142.76 % respecto al mismo periodo de 2023.
Michell, una migrante venezolana, expresó: “Si quieren frenar la migración, fácil, ayuden a sacar a Maduro de allá. Nosotros no migramos por gusto, lo hacemos por necesidad”. Las políticas para frenar caravanas migrantes son cruciales.
La discusión sobre las caravanas ha ganado fuerza desde noviembre, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó en una conversación con Trump que estos grupos “ya no llegan” a la frontera norte. Sin embargo, migrantes como Julio Solano instan al gobierno mexicano a brindar más ayuda humanitaria durante su trayecto para así frenar caravanas migrantes.

América Pérez, del Servicio Jesuita a Refugiados, señaló que, aunque las dinámicas han cambiado, los flujos migratorios persisten: “Los migrantes permanecen menos tiempo en Tapachula y avanzan en grupos pequeños hacia el norte”.
Por su parte, Luis Rey García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, estima que 10,000 migrantes han salido en caravanas desde el inicio de la administración de Sheinbaum, enfrentándose a operativos del Instituto Nacional de Migración (INM). La necesidad de frenar caravanas migrantes es evidente.

Muchos migrantes ahora optan por tramitar su ingreso legal a través de la aplicación CBP One de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., mientras otros prefieren avanzar por medios irregulares en caravanas o grupos pequeños. El desafío humanitario y logístico sigue siendo una prueba tanto para México como para Estados Unidos.