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El gobierno venezolano aseguró este miércoles que sus exportaciones de crudo se mantienen “con normalidad”, tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre un bloqueo total a los buques petroleros sancionados que entren o salgan del país.
Venezuela calificó la advertencia como una declaración “irracional” y “grotesca amenaza”, mientras que la Fuerza Armada venezolana también condenó el anuncio, en medio de una nueva escalada de tensión entre ambos gobiernos.
Donald Trump intensificó su campaña contra el presidente Nicolás Maduro, a quien acusa de encabezar un cartel del narcotráfico y cuyo mandato no reconoce; sostuvo además que el bloqueo se mantendrá hasta que Venezuela devuelva el petróleo que, a su juicio, fue “robado” a Estados Unidos.
En respuesta, Maduro sostuvo una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, António Guterres, en la que denunció que las declaraciones del mandatario estadounidense “deben ser rechazadas categóricamente por el sistema de Naciones Unidas, por constituir una amenaza directa a la soberanía, al derecho internacional y a la paz”.
Asimismo, alertó sobre la escalada de amenazas contra Venezuela y las graves implicaciones para la paz regional, según un comunicado difundido por la Cancillería venezolana.
Un portavoz de Guterres señaló este miércoles que el secretario general está enfocado en “evitar una mayor escalada” y llamó “a la moderación y a la inmediata distensión de la situación”.
Por su parte, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) informó que “las operaciones de exportación de crudo y derivados se desarrollan con normalidad”, y aseguró que los buques vinculados a sus operaciones “continúan navegando con pleno aseguramiento, respaldo técnico y garantías operativas”, sin afectaciones a su capacidad productiva.
Sanciones y tensiones internacionales
Washington respalda a la líder opositora María Corina Machado, quien denuncia fraude en las elecciones presidenciales de 2024 y llegó a Oslo el 11 de diciembre, un día después de la ceremonia del Premio Nobel de la Paz, tras pasar más de un año en la clandestinidad. Este miércoles abandonó la capital noruega, sin que se informara su nuevo destino.
Durante su primer mandato, Trump impuso en 2019 un embargo al crudo venezolano como parte de una batería de sanciones que buscaban la salida de Maduro del poder.
Aliados de Caracas reaccionaron al anuncio. Irán denunció el “robo a mano armada en el mar” de un petrolero, mientras que el canciller chino Wang Yi expresó el rechazo de Pekín “a toda forma de acoso” contra Venezuela, durante una llamada con su homólogo venezolano Yván Gil. Actualmente, la mayoría del crudo venezolano se exporta a China.
Venezuela produce alrededor de un millón de barriles diarios, con una meta de alcanzar 1.2 millones hacia finales de año. Tras el anuncio de Trump, los precios internacionales del petróleo registraron un alza.
Por su parte, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que Venezuela no caerá “en provocaciones”.
“Le decimos al gobierno norteamericano y a su presidente que no nos intimidan sus burdas y soberbias amenazas”, declaró junto al alto mando militar.
En agosto, Trump anunció un despliegue militar en el Caribe y el Pacífico bajo el argumento de combatir el narcotráfico, aunque Maduro insiste en que el verdadero objetivo es su derrocamiento y la apropiación de los recursos venezolanos.
El pasado 10 de diciembre, militares estadounidenses incautaron un buque cisterna sancionado que había zarpado de Venezuela cargado con entre uno y dos millones de barriles de crudo. Caracas calificó la acción como un “robo descarado” y acusó a Trinidad y Tobago de colaborar en la operación.
De acuerdo con la firma Capital Economics, una reducción en las exportaciones petroleras “cortaría un salvavidas clave para la economía venezolana” en el corto plazo.
“El impacto a mediano plazo dependerá de cómo evolucionen las tensiones con Estados Unidos y de los objetivos finales de la administración estadounidense respecto a Venezuela”, advirtió la consultora.
