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El cineasta Ernesto Martínez Bucio celebra el éxito de El diablo fuma, su ópera prima galardonada con el Oso de Plata en la Berlinale 75. La película, alejada del realismo crudo y la violencia, apuesta por una narrativa más íntima y simbólica, explorando los miedos de la infancia.
El filme sigue a cinco niños que enfrentan la ausencia materna y la influencia de una abuela que introduce la figura del diablo en sus imaginaciones. Martínez Bucio, influenciado por su educación católica, busca resignificar los símbolos de su niñez, presentando al diablo no como una presencia maligna, sino como parte de un universo infantil lleno de preguntas y temores.
Aunque el director insiste en que su película no es política, reconoce que las decisiones globales afectan a la infancia. La Berlinale destacó el filme como un recordatorio de la responsabilidad de proteger a los niños, un mensaje relevante ante crisis como la de Palestina.
El diablo fuma, una producción completamente mexicana, recorrerá festivales en Asia, Europa y Latinoamérica, con México como un destino clave para su exhibición.
EFE